Las rabietas infantiles, las cuales pueden ser ciertamente frustrantes para los padres de la criatura, son momentos en los que los más peques se ven sometidos a un grado de estrés tal que son incapaces de gestionarlo.
Descubre en esta categoría todo lo relacionado con estas populares rabietas infantiles.
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Todos conocemos las típicas rabietas y pataletas de los niños. Forman parte de su desarrollo, empiezan a forjar su individualidad y suelen pasar por ellas la mayoría de los niños entre los 2 y los 5 años.
Las rabietas son totalmente normales y frecuentes en nuestros pequeños. Cuando hablamos de rabietas infantiles, por lo general, solemos hacerlo desde su perspectiva negativa, suelen concebirse como irritantes e injustificadas.
Todos hemos visto alguna rabieta infantil en alguna ocasión, pero pocas veces nos paramos a pensar en cómo realmente se define este concepto. La rabieta infantil es muy frecuente dependiendo de la personalidad del peque y de su gestión de la frustración. Como características principales se destaca que: suelen originarse por motivos sin importancia y duran poco.
Llamaríamos rabieta infantil al conjunto de acciones y manifestaciones, tanto físicas como emocionales, que realiza un niño para expresar sus emociones negativas de rabia o frustración.
Estas manifestaciones explosivas no escatiman en lloros, gritos o pataleos. Incluso, en ocasiones pueden echar a correr y experimentar conductas que se oponen al contacto o cercanía de sus cuidadores.
Por lo general, estas rabietas surgen de situaciones de frustración y ausencia de comprensión de la situación, como consecuencia de no poder hacer algo o no poder controlar algo. También pueden darse a modo de respuesta de un intento por demostrar independencia o autonomía. Incluso como estrategia de manipulación para lograr sus objetivos.
Muchas veces son generadas porque el niño no sabe cómo responder al malestar.
Las rabietas infantiles se dan en los más pequeños como respuesta a la frustración. Hay que tener en cuenta que se encuentran en una etapa vital en la que aún no han aprendido a gestionar emociones. Es cosa de los papás ayudar en este aprendizaje con el uso de juegos de las emociones, con los que los niños aprenderán no solo a identificarlas, sino a expresarlas.
También lo hacen cuando quieren captar la atención de sus padres o cuidadores o cuando no pueden ser todo lo independientes que quieren. Estas rabietas se suelen dar especialmente entre el segundo y el tercer año de vida.
Las rabietas, por lo general, van disminuyendo a la vez que el niño va aprendiendo a gestionar sus emociones. Hacia los cinco años es normal que hayan desaparecido o se hayan desvanecido en gran medida.
Son parte del desarrollo cognitivo y acabarán siendo capaces de ser tolerantes, al igual que de autogestionarse y manejar su propia frustración.
Pueden estar causadas por enfado, frustración, confusión y temor. Todos los niños, de entre los 18 meses hasta los 3 años, se rebelan contra cualquier autoridad que crean injusta y reclaman su autonomía y valía por sí solos. Existen diversas razones por las que se dan estas rabietas:
Existen diversas causas que pueden desencadenar una rabieta. A continuación, te muestro las más comunes y frecuentes:
