La tos nocturna en niños es frecuente aunque el pequeño no presente resfriado. El hecho de tener calefacción, por ejemplo, puede resecar la mucosa y provocar tos nocturna.
Sueño infantil
Es importante que los niños descansen las horas necesarias. Dependiendo de su edad, los pequeños deben dormir unas horas para que su desarrollo y crecimiento, físico y psicológico sea el adecuado.
Según diversos estudios, un recién nacido debe dormir 16 horas al día. Esto va disminuyendo según van creciendo y, cuando se tiene más de 12 años, lo más recomendable es dormir 9 horas al día.

Mi bebé se mueve mucho cuando duerme
Si tu hijo se mueve mucho en la cama y está inquieto durante gran parte de la noche es probable que sufra el síndrome de las piernas inquietas. Este trastorno, que por lo general es de tipología leve, afecta tan sólo al dos por ciento de los niños, es una patología que por lo general suele afectar más a los adultos.
Mi bebé suda mucho al dormir, ¿tengo que preocuparme?
Es totalmente normal que nuestros bebés se despierten totalmente empapados en sudor al despertarse de la siesta aunque no haga excesivo calor. De hecho es muy frecuente, como también es muy usual que suden mientras se les da el pecho.
Bebés de Alta Demanda al Dormir, ¿por qué mi niño no duerme durante el día?
Dormir es fundamental para asegurar el idóneo crecimiento y desarrollo, tanto mental como físico, de tu hijo. Un bebé duerme más cuanto más pequeño es y, conforme van creciendo, reducen el número de horas que duermen por día. Por ello, cada vez están más activos, especialmente durante el día.
El sueño como función vital imprescindible
El sueño es una de las funciones vitales más importantes del cuerpo humano. En este período de tiempo, el cerebro se encarga de eliminar residuos de sus células cerebrales, se hace un resumen de todo lo vivido durante el día, se potencia la memoria y se fortalecen los recuerdos.
Existen diversos trastornos del sueño, aun así, la mayoría de estos problemas se deben a malos hábitos.
Malos hábitos que dificultan el descanso de los niños
Dentro de los malos hábitos que podemos encontrar en el descanso de los niños, destacan:
- El niño no quiere irse a dormir y alarga este momento a las 11:00 o 12:00. No pasa nada si es un día puntual, pero sí es grave si pasa todos los días.
- El pequeño no puede descansar durante la siesta porque los mayores no se lo permiten.
- Los progenitores dejan que los niños jueguen cuando se desvelan por la noche, aunque sean las tres de la mañana.
¿Por qué los niños se excitan durante la tarde-noche?
Los niños tienden a excitarse por naturaleza, son curiosos y energéticos. Aún así, si este grado de excitación es demasiado o sobrepasan un límite, otros niños pueden pensar que son molestos y burlarse de él.
Existen diversas razones por las que un niño puede excitarse demasiado y no saber controlarlo. En algunos casos, simplemente se debe a su naturaleza. Otros, en cambio, tienen un trastorno por déficit de atención e hiperactividad, TDAH; en este caso no son capaces de cambiar de un momento a otro y no tienen capacidad de autocontrol.
La rutina del sueño, un elemento imprescindible
La hora de meterse en la cama debe ser algo importante para los más pequeños de la casa. Por eso, lo más recomendable es acostumbrarles desde bebés a una rutina del sueño; un gran truco es usar canciones para dormir.
Para que un niño descanse como es debido, es necesario tener un horario fijo para acostarse; además, se pueden añadir otras costumbres como darse un baño o leer un libro, que el pequeño repetirá todos los días.

De esta forma, con el paso del tiempo, el niño irá asociando estas actividades con el momento de irse a la cama. Además, se recomienda evitar actividades muy energéticas dos horas antes de acostarse.
Consejos para trabajar el descanso
Como el descanso es algo muy importante, a continuación te mostramos una serie de consejos para lograrlo.
- Calcular la hora de irse a la cama: según las horas que necesite dormir tu hijo. Un recién nacido duerme unas 16 horas diarias, mientras que un niño de un año necesita 14. Esto va disminuyendo hasta encontrar a los adultos que, solamente, requieren 8 horas de sueño diario.
- Repetir actividades nocturnas con el bebé: debes establecer una serie de rituales que harás cada noche, antes de irse a dormir. De esta forma, se crea una rutina que le ayudará a dormir.
- La cama no es castigo: nunca hay que mandar al pequeño a la cama por portarse mal, pero es recomendable que el niño pase tiempo en su habitación para que se habitúe a ella.
- Misma hora de acostarse y levantarse: los horarios fijos ayudan al niño a levantarse y acostarse sin protestar. Estos momentos hay que mantenerlos incluso en épocas festivas.
- Un poco de ejercicio es beneficioso: lo mejor es que los pequeños lleguen cansados. Para ello, es necesario que hayan hecho mucha actividad física durante el día.
- Nunca usar videojuegos de noche: hay que evitar cualquier actividad que pueda excitar al niño antes de irse a dormir, especialmente las dos horas previas al momento de meterse en la cama.
- Una luz tenue puede ser favorable: esto evita que el niño pueda tener miedo.
- Nada de azúcar antes de dormir: estos productos se caracterizan por excitar a los niños, lo que impide un buen descanso.
- Cada uno en su cama: si el niño no consigue dormirse y se levanta de la cama cuando has apagado la luz, lo mejor es volver a ir con él a su cama y tratar de calmarle.
Colecho, ¿a favor o en contra?
Se conoce como colecho a la práctica familiar en la que los bebés duermen en la misma cama que sus progenitores.
En muchos hogares, surge la duda de saber hasta qué edad es conveniente realizar esta práctica y a partir de qué momento los niños deben comenzar a dormir solos en su habitación.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que, al ser una actividad colectiva, todos los miembros deben estar de acuerdo en realizarla. De la misma manera, cuando el niño va a comenzar a dormir solo, también hay que decidirlo entre todos.
Por otro lado, no existe una edad exacta para que los niños empiecen a dormir solos, depende del momento en el que estén preparados para ello. A pesar de ello, antes o después todos los niños terminan abandonando la cama de sus padres.
Es cierto que, por regla general, a partir de los 3 ó 4 años de edad, los niños suelen empezar a dormir solos. El motivo principal es que, en ese período de tiempo, los pequeños comprenden que no existe ningún peligro en la casa y deciden, con ayuda de sus padres, abandonar la cama familiar.
- 1
- 2
 
 



