En la semana 36 de embarazo, tu bebé ya mide 47 centímetros, lo mismo que el interior de un lavamanos, y pesa 2.620 gramos, como un paquete de folios.
Tu tripa ya empieza a bajar, signo de que estás más cerca del momento de parto, y obviamente, no hay que decírtelo, tendrás más molestias.
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Cambios en tu bebé esta semana
¡Qué gran noticia mami! A finales de esta semana tu bebé ya estará preparado para nacer, así que puede venir al mundo en cualquier momento. Y esto es así porque el embarazo se considera a término en la semana 37.
En tu interior queda menos líquido amniótico, porque el bebé lo va tragando. Sus intestinos lo digieren, dando lugar a una sustancia negra verdosa y pegajosa conocida como meconio.
En algunas ocasiones, cuando el bebé no está muy a gusto en tu interior, puede que el líquido amniótico esté teñido de meconio. Pero no debes alarmarte, porque no significa que tu bebé lo esté pasando mal.
Además, has de saber que ya no se habla de sufrimiento fetal, puesto que ese término se ha sustituido por riesgo de pérdida de bienestar fetal.
Y aunque te parezca una cuestión trivial, para los sanitarios no es baladí. Se deja de hablar de certeza de que un bebé lo está pasando mal, es decir, sufrimiento fetal, a valorar que cabe la posibilidad de que el bebé no esté totalmente a gusto, pero sin poder afirmarlo con total certeza. Esto debería tranquilizarte en el momento del parto si surgen señales de RPBF (riesgo de pérdida de bienestar fetal), puesto que muchas veces se trata de falsas alarmas.
Y si tu bebé no expulsa el meconio en la dilatación, ten por seguro que lo encontrarás en sus primeros pañales. Además, decirte que si es tu primer bebé, ese meconio te sorprenderá y mucho, y es algo que todos los papis recuerdan, quizás por lo desagradable que es su color.
Otra cosa que debes saber de tu bebé es que sus huesos se van endureciendo, pero aún son blanditos, y que los huesos de su cráneo aún no están fusionados. De ahí que haya que tener tanto cuidado con su cabeza, al cogerlo, dejarlo en la cuna o colocarlo en la bañera, por ejemplo.
Que los huesos de su cráneo no estén fusionados ayudan en el momento del parto, puesto que unos se pueden montar en otros para facilitar que su cabeza salga por tu pelvis.
Si tu hijo/a nace con la cabeza algo apepinada, no te asustes, porque es producto de ese esfuerzo al salir de tu interior. Y en pocos días se le pondrá redondeada.
Tus cambios físicos y emocionales
Tu barriga irá bajando, porque tu bebé se sitúa en el canal del parto, para prepararse para nacer. Así, sentirás cierto alivio al respirar, porque no te presionará tanto las costillas y los pulmones, pero te resultará incómodo para caminar.
De todos modos, que el hecho de que tu barriga vaya bajando no te debe hacer pensar que tu parto será inmediato, porque no se puede tener esa certeza de ninguna de las maneras. Por eso, no te fíes de las personas que te digan que estás a punto de parir porque tienes la barriga muy baja.
Que tu barriga baje te hará caminar como un pato. Se puede reconocer fácilmente a una embarazada que está en la semana 36 o en adelante porque sus piernas no se pueden cerrar lo suficiente, y tiene que andar como dicho animalito. Y esto conllevará también que aumenten tus ganas de ir al baño, ya que el bebé presiona tu vejiga. Si está de nalgas, la vejiga recibirá sus patadas.
Y otra consecuencia de que tu bebé se encaje en el canal del parto puede ser que sientas molestias en el hueso del pubis.
Otros síntomas frecuentes del embarazo son estreñimiento, estrías, calostro, síndrome del túnel carpiano, mareos, dolor de espalda, retención de líquidos, ciática, edemas en las piernas, varices, calambres en las piernas, varices o hemorroides.
Consejos para tu bienestar
El hecho de aliviar tu dolor en el pubis o la incomodidad, consecuencia de que tu bebé se está encajando, como te hemos comentado con anterioridad, será una elección propia. Debes probar en qué postura te sientes más cómoda, y si prefieres estar en movimiento o en reposo.
Un truquito para aliviar el dolor de tu pubis es ponerte calor, pero tendrás que consultar con tu ginecólogo o matrona, puesto que si tienes varices vulvares no está aconsejado.
Es una realidad que las digestiones te resultarán pesadas, por ello, intenta hacer comidas ligeras, frecuentes y escasas.
Si tienes dolor lumbar o de ciática, te puede ayudar mucho realizar el ejercicio del gato, que consiste en colocarte a cuatro patas en una esterilla o algún lugar cómodo. A continuación, elevar la espalda, curvándola como si fueras un gato enfadado. Lentamente, te tocará bajar la espalda, sin mover los brazos ni las piernas, como intentando tocar el suelo con el ombligo. Debes acompasar estos movimientos con tu respiración: expulsar el aire lentamente durante la elevación de la espalda, e inspirar poco a poco durante la bajada de la espalda. Si puedes, debes repetir este ejercicio 10 veces.
¿Te contamos una curiosidad? Este será el ejercicio que deberás realizar el día del parto si quieres que te pongan el catéter para la epidural. Y además, es muy beneficioso para ejercitar la pelvis de cara al momento del parto. ¡Todo son ventajas mami!
Exámenes médicos y pruebas
Si tu embarazo va bien, esta semana no te tocará pisar la consulta del médico. Ya a partir de la semana 37 aumentarán las consultas de control del embarazo y serán más frecuentes.
Preguntas frecuentes de nuestros usuarios
¿Cuándo estoy dando el pecho a mi hijo no puedo tomar medicamentos?
Guarda esta web de lactancia porque así podrás saber los medicamentos recomendados. Es un informe realizado por pediatras, basándose en la evidencia científica, que indica el nivel de riesgo de cada sustancia para tu bebé. Pero te sorprenderá saber qué la mayoría de los medicamentos son totalmente seguros cuando das el pecho a tu bebé.
¿Qué posición tiene ya mi bebé?
La mayor parte de los bebés, a estas alturas del embarazo, ya están encajados en posición cefálica. Aunque puede, o no, que tenga la cabeza encajada en la pelvis. Pero será cuestión de días que ocurra, si no ha pasado ya.
Opinión de Tueducadora y conclusiones
Estás en un momento crucial de cara al parto, porque ya empieza a bajar tu tripa, síntoma de que tu hijo se está encajando en la zona de la pelvis. A buen seguro, lo habrá hecho en la postura cefálica, es decir, de cabeza. Si en cambio viene de nalgas, tu parto tendrá que ser programado, porque tu pequeño/a no podrá salir por sí solo.
De hecho, cada vez se queda con menos líquido amniótico, porque el bebé se lo está tragando. Sus intestinos lo digieren, expulsando una sustancia negra verdosa y pegajosa que se conoce como meconio. Este meconio lo expulsará en la dilatación, o lo notarás en sus primeras deposiciones. Por eso, no hay motivo para preocuparte. Y hemos de advertirte que te sorprenderá mucho esa primera caca, por su particular olor y color.
Ten en cuenta que los huesos de tu bebé están blanditos, aunque van madurando. En cambio, los huesos de su cabeza aún no se han soldado, porque esto ayuda para que se puedan montar unos encima de otros a la hora de salir por tu pelvis. Son cuestiones curiosas que te gustará saber, teniendo que saber además que tu bebé no sufrirá, puesto que su cabecita está preparada para ello.
La postura que está adquiriendo tu bebé te hará caminar como un pato, ya que no podrás cerrar bien las piernas. Además, sentirás más ganas de acudir al baño. Pero siempre recuerda que serán molestias que acabarán más pronto que tarde.
Para evitar o intentar manejar las molestias de estas últimas semanas es aconsejable que sigas cuidando tus digestiones y tus comidas, y que hagas ejercicios que te ayuden a cuidar tu espalda y alivie tus dolores.
Y en esta semana, y en las siguientes, solo podemos aconsejarte paciencia, porque queda muy poquito para ver la cara a tu bebé.
Si quieres saber que ocurrirá más adelante, consulta todos nuestros artículos sobre el embarazo semana a semana.
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