La cesárea es ya un procedimiento habitual. De hecho, 1 de cada 4 embarazadas tienen a su bebé mediante este método. La tasa es más alta en las clínicas privadas, un 28-38%, mientras que en la sanidad pública es del 15-25%.
Con estos datos, es conveniente analizar los motivos por los que se practica una cesárea y en qué casos es recomendable o no. Si estás embarazada, seguro te interesa saber más de este tema por si te toca a ti.
Con este post esperamos poder resolver tus dudas para que estés más tranquila si al final tu pequeño/a tiene que nacer por cesárea, por tu bien y por el suyo.
¿Qué es una cesárea?
La cesárea es una alternativa al parto natural que se realiza para que el bebé nazca por vía abdominal.
Es un procedimiento quirúrgico más rápido y evita horas de contracciones, por eso puede parecer la mejor opción, pero no es así. Al tratarse una cirugía mayor puede acabar teniendo más complicaciones que un nacimiento vaginal. Además de que la recuperación de la mamá es más dolorosa.
Por tanto, solo debe recurrirse a la cesárea si el parto vaginal presenta mayores riesgos para la mamá y el bebé.
Es una decisión muy importante que debes tomar junto con tú medico.
¿Cuándo se indica que hay que hacer una cesárea?
La Organización Mundial de la Salud lo tiene claro, se realizan más cesáreas de las necesarias en nuestro país. Según la OMS solo entre el 10 y el 15 por ciento de los nacimientos requieren cesárea, las demás probablemente son evitables.
Pero veamos cuáles son los tipos de cesáreas en base al motivo por el que se realizan.
Cesárea electiva
También llamada cesárea programada y se decide hacerla por alguna circunstancia fetal o materna que indique que hay mayor riesgo si el parto es natural.
Causas fetales
- Si el bebé pesa más de 5kg.
- Prematuridad, solo en determinados casos.
- Si el bebé está en posición fetal de nalgas, transversa u oblicua. Algunos hospitales sí atienden partos naturales de nalgas y en otros casos suele intentarse primero una versión cefálica externa.
Causas maternas
- Si ya se ha sometido a una cirugía uterina previa.
- Haber tenido dos o más cesáreas, o una hace menos de 18 meses.
- Placenta previa, porque impide el parto por vía vaginal al ocluir el orificio del cérvix.
- Una anomalía de la inserción del cordón en la placenta llamada vasa previa.
- VIH, condilomas acuminados, herpes genital activo u otras infecciones maternas.
- Alguna enfermedad grave, como cardiopatía severa.
Cesárea durante el parto
Cuando en el desarrollo del parto se hace necesario practicar una cesárea por motivos maternos o fetales, siempre y cuando la cirugía no suponga un riesgo también mayor.
Puede ser por diferentes causas:
- Inducción fracasada.
- Parto estacionado.
- Dilatación problemática.
- Desproporción pélvico-fetal. Esto es solo posible comprobarlo en el momento del trabajo de parto, no se puede valorar los relieves internos de la pelvis de la embarazada desde fuera
Cesárea de urgencia
La intervención se hace urgente cuando hay riesgo para la vida de la mamá o el bebé por alguno de los siguientes motivos:
- Rotura uterina
- Si el cordón sale por la vagina antes que el bebé y este lo aplasta con su cabecita impidiendo el paso de oxígeno, se produce prolapso del cordón umbilical.
- Desprendimiento prematuro de la placenta
- Y otras situaciones anómalas.
Puede que se necesite anestesia general y el bebé debe nacer en 15 minutos, aproximadamente.
Ten en cuenta que si decides tener un segundo bebé, la probabilidad de que te practiquen otra cesárea dependerá sobre todo de la razón de por qué te hicieron la primera.
El proceso a seguir en una cesárea
El procedimiento de una cesárea está perfectamente protocolizado. Los ginecólogos saben qué es lo que tienen que hacer en cada momento. Por lo tanto, quédate tranquila si finalmente se ha decidido que tu bebé nazca por cesárea.
Exceptuando los casos de urgencia, te harán análisis y escucharán el corazón del bebé. De esta manera se aseguran que la mamá y el feto están fuertes y preparados para la intervención.
Igualmente, para reforzar esa seguridad sanitaria te administrarán medicamentos para prevenir infecciones y el paso del contenido gástrico a los pulmones durante la anestesia.
En el momento de la operación se desinfecta bien la piel del abdomen y se coloca una sonda vesical conectada a una bolsa. Si te aplican anestesia local, como la epidural o raquídea, no sentirás nada y podrás estar consciente durante el nacimiento de tu pequeño/a.
No te asustes si te atan los brazos a la camilla, se hacer por tu seguridad y para tener rápido acceso a las vías venosas para administrar medicación urgente si fuera necesario.
El siguiente paso sería la incisión, que se hace de manera transversal. Es la más practicada porque daña menos fibras uterinas. Además, estéticamente la cicatriz queda menos expuesta que la vertical porque la puedes tapar con la braguita o el bikini en verano.
Para llegar hasta el bebé hay que realizar diversas incisiones para atravesar las distintas capas. Primero se corta la piel y la grasa subcutánea, luego se separan los músculos abdominales para no dañarlos y se corta la bolsa que contiene las vísceras abdominales, es decir, el peritoneo. Y, finalmente, el útero y se rasga la bolsa amniótica donde está tu bebé.
Llegados a este punto de la cesárea, el médico ya puede sacar al bebé y la placenta, e, inmediatamente, procederá a suturar capa por capa hasta volver a la piel. Lo hará con grapas o puntos que habrá que retirar posteriormente porque no, no se caen solos.
Paralelamente, los profesionales sanitarios cortarán el cordón umbilical del bebé que ya ha nacido. Si el estado de ambos lo permite, se recomienda hacer piel con piel. Esto se hace porque cada vez más médicos que apuesta por no separar a la mamá de su bebé en ningún momento, aunque sea una cesárea.
Riesgos que pueden existir en una cesárea
Si finalmente se ha tomado la decisión de practicar una cesárea, tienes que saber que el procedimiento también conlleva unos riesgos.
Para la mamá
- Lesiones en órganos cercanos y/o infecciones
- Hemorragia y/o Tromboembolia
- Futuros abortos o embarazo ectópico o esterilidad
- Rotura uterina
- Problemas en la placenta
- Mortalidad, aunque el riesgo es muy bajo, es el tripe que un parto vaginal.
Debes tener en cuenta que con cada cesárea estos riesgos se acumulan y tienes más posibilidades de sufrirlos en la siguiente intervención. Por eso, si es tu segunda vez, te recomendarán la ligadura de trompas.
Para el bebé
Puede parece que para el feto haya menos riesgos, pero no por ello son menos importantes:
- Alteraciones respiratorias
- Reanimación
- Ingreso en UCI neonatal
¿Cómo recuperarse tras una cesárea?
Te adelantamos que no va a ser fácil, pero veamos algunas claves que pueden ayudarte.
Loquios
Los loquios son la secreción vaginal que se originan en la cicatrización del útero y es normal tenerlos.
¿Por qué? En una cesárea es normal perder hasta 1 litro de sangre y el útero debe volver a su estado normal, por eso los primeros días habrá loquios. En este caso, serán menos abundantes que tras un parto vaginal porque en la cesárea se evacúa más contenido del interior del útero durante la cirugía.
Estas secreciones vaginales provienen sobre todo de la zona donde la placenta ha estado adherida al útero durante todo el embarazo, es decir, en el lecho placentario. Están compuestos de sangre, leucocitos, moco cervical, células de descamación, y un largo etcétera.
En cuanto a sus características, van variando según el momento del postparto. Serán rojos los 2-3 primeros días, más rosados hasta la 2ª-3ª semana y blanquecinos-amarillentos hasta las 6-8 semanas.
Este periodo se conoce como puerperio tardío y no puedes mantener relaciones sexuales con penetración, ni usar tampones ni copas menstruales, hasta que no finalice esta etapa.
Temperatura más alta y dolor abdominal
Puede que durante las primeras horas notes un incremento de la temperatura debido a la fatiga muscular y la deshidratación. Pero tranquila, porque no debe superar los 38ºC, y si lo hace avisa a tu médico.
También tendrás un dolor abdominal intenso durante los primero días, pero nada que no se alivie con unos analgésicos. Si persisten o aumentan, consulta con tu ginecólogo.
Movimiento
Al haber estado inmovilizada corres el riesgo de sufrir un trombo.
Es muy importante que reinicies cuanto antes el movimiento corporal tras la cesárea, pero antes de levantarte haz ejercicios con la parte superior, brazos y piernas, sin hacer esfuerzos con el abdomen.
Si antes de quedarte embarazada practicabas deporte, no tengas prisa por retomar los mismos niveles de intensidad. Aun es pronto para volver al gimnasio y no hagas actividades de gran impacto hasta transcurrido un año de la cesárea.
Camina, haz ejercicios Kegel y respiratorios en los primeros días. Pasado un mes y medio o dos meses puedes acudir a un fisioterapeuta para empezar con hipopresivos que son los más beneficiosos en el postparto. Para el dolor por culpa de los gases lo mejor es andar y un truquito que podemos darte también es mascar chicle.
Otros factores
Además de las implicaciones médicas, hay otros factores que pueden influir en la recuperación de una cesárea. Cada mujer es diferente y por eso el estado físico previo es crucial, además del emocional que depende en parte de su entorno.
Que haya complicaciones o no determinarán la vuelta a la normalidad de la madre.
Y aunque te hayan quitado los puntos o grapas, algo que probablemente pase a los cinco días de la cesárea, debes seguir poniendo especial atención en la cicatriz. No hagas esfuerzos, por fuera la piel puede parecer que está todo bien, pero los tejidos interiores necesitan más tiempo para recomponerse.
Signos de alarma tras una cesárea
Te recomendamos que acudas al hospital si tienes fiebre, una hemorragia más intensa de lo normal, loquios más allá de los primeros días o huelen mal, dolor al orinar o la cicatriz está inflamada, enrojecida, supura y tiene mal olor y te duele.
Pero tranquila, la mayoría de mujeres solo sufre una infección uterina tras la cesárea y eso se soluciona con antibióticos y analgésicos.
Preguntas frecuentes de nuestros usuarios
¿Cuándo no se puede hacer una cesárea?
Cuando el parto progresa lentamente, pero lo hace, y no hay complicaciones, no es necesario hacer cesárea. Tampoco lo es si no hay signos de que ni la mamá ni el bebé se encuentren mal. Tener una cesárea anterior en la que no hubo problemas mayores, no es motivo para hacer una segunda intervención. Igualmente, tener miopía, tiroides, diabetes o un embarazo por FIV no son indicativos de necesitar una cesárea.
¿Cómo saber si voy a tener por parto normal o cesárea?
Si cuando se acerca la fecha de parto tu bebé está de costado o atravesado, o tienes placenta previa, o el ritmo cardiaco del bebé no es normal, o el parto vaginal pudiera ser arriesgado para uno de los dos, casi con toda seguridad tendrán que hacerte una cesárea. En cambio, si respiras mucho mejor será porque el bebé está encajado en el útero listo para salir, y todo lo demás es normal, tendrás un parto natural.
Opinión de Tueducadora y conclusiones
Acabemos con esa idea inútil de no haber sido capaz de dar a luz. No eres mejor madre por tener a tu pequeño/a en un parto vaginal.
La cesárea se practica precisamente en beneficio de la mamá y el bebé, por lo tanto, si tus médicos han decidido que era la mejor opción para vosotros dos, debes estar orgullosa de que haya sido así.
El vínculo con tu bebé seguirá siendo igual de fuerte, independientemente de la forma en la que haya venido al mundo. Lo que está claro es que está aquí para que seáis muy felices juntos.
Las cesáreas son más habituales de lo que imaginas y debes confiar plenamente en los profesionales sanitarios para estar tranquila durante todo el proceso. Todo irá bien, ya lo verás.
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