Hay ocasiones en las que clínicamente no es aconsejable que el parto se desencadene de manera natural. Y, aunque la mayoría de las embarazadas suele dar a luz entre la semana 37 y 42 de gestación, vamos a analizar cuándo y por qué es necesario inducir el parto.
En este otro post puedes también informarte sobre las señales que te dirán si ha llegado el momento del parto.
¿Qué es el parto inducido?
Inducir el parto significa provocarlo o programarlo mediante diferentes técnicas que inician de manera artificial el momento previo al nacimiento del bebé.
¿Cuándo sería necesaria la inducción al parto?
Partiendo de la base de que lo más seguro, tanto para la mamá como para el bebé, es que el parto se produzca de forma orgánica, existen situaciones en las que continuar con el embarazo puede suponer un riesgo.
La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia determina los motivos por los que debe inducirse un parto, pero debe evaluarse de manera individual porque cada embarazada es diferente.
Veamos las razones comunes:
- Si el embarazo postérmino va más allá de la semana 42.
- Si hay rotura prematura de membranas por riesgo elevado de infección para el feto. Esto puede darse si el parto no se desencadena solo tras un plazo prudencial en las primeras 24 horas.
- Si la madre sufre patologías como diabetes mellitus o estados hipertensivos del embarazo.
- Si hay un insuficiente crecimiento fetal.
- Por embarazo gemelar.
- Si hay infección del bebé dentro del útero, llamada corioamnionitis.
- Por un desprendimiento prematuro de placenta, de hecho es incluso motivo de cesárea urgente si se desprende demasiado. Lo que sucede es que la placenta recibe la sangre materna y filtra su oxígeno hacia el bebé.
- Por muerte fetal intraútero.
¿Cómo se induce el trabajo de parto?
Debido a las ligeras contracciones que se producen durante los días o semanas previas al parto, el cuello del útero se va acortando, ablandando y dilatando. Conforme va subiendo la intensidad de las contracciones, se alcanza la dilatación completa fijada en 10 centímetros. Ahí el bebé estaría listo para nacer.
Esto es lo que sucede cuando el parto se va a producir de manera espontánea.
Sin embargo, cuando el parto es inducido, todo ese proceso debe provocarse de forma artificial a través de métodos mecánicos o farmacológicos.
Método mecánicos
- Despegamiento de membranas: aunque no es un método de inducción propiamente dicho, si que se utiliza como apoyo para que el parto se desencadene por sí mismo. Llamada la Maniobra de Hamilton consiste en realizar un tacto vaginal para despegar el borde de la bolsa amniótica del cérvix introduciendo un dedo en el cuello del útero. De esta manera, debería producirse contracciones en las siguientes 48 horas, pero si no funciona habría que utilizar otros métodos de inducción.
- Rotura artificial de la bolsa amniótica: se usa para que el cuerpo comience a liberar prostaglandinas. Esto ayudará modificar el cérvix y que la cabeza del bebé se apoye sobre el cuello del útero.
- Dilatación mecánica del cérvix: se coloca en el interior del cuello del útero un globo con suero salino fisiológico con una sonda flexible. Hinchando el globo se puede ir dilatando poco a poco el cérvix.
Métodos farmacológicos
- Prostaglandinas: estas sustancias derivadas de los ácidos grasos suelen utilizarse para que el cuello del útero “madure” y comience a modificarse. Es el paso previo a la oxitocina. Se colocan en el interior de la vagina para que actúen a nivel local. Se aplican en gel, comprimidos o mediante un dispositivo parecido a un tampón pequeño.
- Oxitocina: es el fármaco que se usa en la mayoría de las inducciones. Consigue mantener una frecuencia e intensidad adecuada de las contracciones durante todo el parto. Normalmente, se aplica tras la administración de prostaglandinas y, casi siempre, en combinación con la rotura de bolsa, porque es mucho más eficaz si se inicia con el cuello del útero ya maduro.
Riesgos que existen al provocar el parto
Como en toda intervención clínica, la inducción al parto también conlleva algunos riesgos. Por eso solo debe practicarse en aquellas situaciones en las que sea más contraproducente y peligroso para la mamá o el bebé continuar con el embarazo.
En función del procedimiento que se haya utilizado, pueden existir diferentes riesgos como la rotura prematura de la bolsa amniótica que puede aumentar las posibilidades de una infección materna y neonatal con el método del despegamiento de membranas.
Riesgos para la mamá
Cada embarazada es diferente y necesitará una intervención personalizada, porque puede que lo que funcione en un cuerpo no lo haga en otro.
Según los resultados de la inducción, puede haber dos tipos de consecuencias negativas: que haya sido demasiado potente o que sea ineficaz.
Si la respuesta del cuerpo de la embarazada es demasiado intensa podría dar lugar a un exceso de contracciones en intensidad y frecuencia. No es nada habitual, pero incluso llegaría a romperse el útero y/o desprenderse la placenta
Por otro lado, puede considerarse que la inducción ha sido un fracaso si el parto no llega a iniciarse o no avanza adecuadamente. Suele darse en el 15% de las inducciones. En ese caso, habría que practicar una cesárea.
Sobre la oxitocina, tenemos que aclarar que cuando se administra de manera externa, intravenosa, no se generan esas endorfinas. Por eso, la inducción suele ser más dolorosa que un parto espontáneo. No obstante, ten en cuenta que la epidural te evitaría el dolor por su efecto analgésico.
Riesgos para el bebé
Como ya hemos comentado, la inducción al parte solo debe practicarse si el riesgo para la mamá y el bebé es mayor si se continúa con la gestación.
Si al provocar el parto hay un exceso de contracciones y son demasiado intensas, el bienestar del bebé puede perjudicarse al recibir un aporte de oxígeno más limitado.
En el caso de que la inducción fracase, habrá que hacer cesárea y eso puede afectar a la adaptación respiratoria del bebé a la vida extrauterina.
¿Es posible que se adelante el parto de forma natural?
Aunque el parto se adelante de forma espontánea no significa que sea bueno. Una cosa es que sea natural y otra muy distinta que sea sano.
Los métodos de inducción solo son necesarios si existe una situación médica adversa que obligue a terminar con la gestación de forma urgente. Y eso incluye también a los métodos naturales, además de los clínicos,
La acupuntura o la ingesta de preparados con hojas de frambueso pueden ser un método natural de inducción, aunque bien es cierto que no hay evidencias científicas.
Mantener relaciones sexuales puede contribuir a provocar el parto, pero ¿por qué? Hay prostaglandinas en el semen y oxitocina en el orgasmo, aunque en realidad son cantidades insuficientes como para desencadenar y mantener un trabajo de parto.
El cuerpo de la mujer está preparado para no parir en una situación de peligro y poner en riesgo a nuestros bebés, por lo que una elevada ansiedad puede frenar la llegada del parto. Estar más relajada tampoco significa que vayas a dar a luz antes, pero al menos estarás tranquila cuando llegue el momento.
¿Se puede solicitar en su momento una inducción electiva?
Sí. Algunas mujeres y médicos deciden programar el parto sin un motivo clínico que lo justifique. Suelen hacerlo para que coincida con una guardia del profesional que la embarazada prefiere que la atienda en el parto o, también, porque el hospital está muy lejos de casa.
En cualquier caso, se desaconseja hacerlo antes de la semana 39 por los riesgos fetales que podrían surgir, como los los problemas respiratorios asociados a la prematuridad. Una vez cumplida esa fecha, no hay consenso médico para estar a favor o en contra de esta práctica. Sobre todo porque, aunque normalmente las inducciones se pueden controlar, conlleva riesgos para la mamá y el bebé.
Un argumento que ha cogido fuerza entre los profesionales es la opción de inducir a todas las embarazadas por protocolo en la semana 39, porque parece que así se reduce la tasa de cesáreas, los estados hipertensivos del embarazo y la necesidad de soporte respiratorio del bebé.
Pero de momento no hay una decisión oficial en nuestro país al respecto.
Los falsos métodos para inducir el parto
En la inducción del parto la homeopatía no tiene ninguna eficacia demostrada, aunque algunos profesionales la recomiendan. Comer alimentos picantes o chocolate o hacer ejercicios tampoco.
Habrá quien te cuente que se puso de parto justo después de cenar comida mexicana o porque caminó durante mucho tiempo. Pero lo más probable es que el parto se hubiese producido igualmente, sin necesidad de hacer nada de eso.
De todos modos, andar es bueno para el momento del parto y la recuperación, y llevar una dieta saludable también. Por lo que no se desaconseja nada de eso en ningún momento de un embarazo que se desarrolla con normalidad.
A favor o en contra del parto inducido
No nos vamos a cansar de repetirlo. La inducción al parto solo debe practicarse si hay justificación médica. No hay que tener prisa porque nazca el bebé saldrá cuando tenga que salir.
Si existe una motivo clínico se hará además con un método eficaz propuesto por tu ginecólogo que le permita controlar la situación.
Déjate guiar por los profesionales y si tienes dudas pregunta a tu matrona.
Preguntas frecuentes de nuestros usuarios
¿Cuánto se tarda en dar a luz con la oxitocina?
Una vez iniciado el tratamiento con oxitocina para inducir el parto, las contracciones suelen aparecer en unos 30 minutos. Si 12 horas después no has entrado en una fase activa de parto, probablemente te realizarán una cesárea.
¿Cuánto se tarda en parir después de la epidural?
Con epidural la dilatación puede prolongarse más de cuatro horas. Sin esta anestesia lo habitual es que lo hagas en una hora y veinte minutos. Por eso algunas mujeres retrasan la epidural todo lo que el dolor les permite aguantar. Tendrás que valorarlo en el momento.
Opinión de Tueducadora y conclusiones
Puede que el embarazo se te haga largo y pesado. Pero no tengas prisa por dar a luz. Conocer y abrazar al fin a tu bebé es una experiencia maravillosa, pero eso no debe llevarte a tomar decisiones que puedan ser perjudiciales para su seguridad y la tuya.
Ante cualquier duda, consulta con tu matrona o ginecólogo/a. Tu médico te sugerirá la opción de inducirte el parto solo por motivos clínicos justificables. Si se ha roto la bolsa pero no tienes contracciones, o si tu bebé todavía no ha nacido dos semanas después de la fecha probable de parto, son algunas de las posibilidades. Antes de que sobrepases la semana 42, con toda seguridad te provocarán el parto.
La naturaleza a veces necesita un empujoncito para terminar su trabajo. Tu médico sabrá qué método de inducción al parto se adapta mejor a tu situación para que tú y tu bebé viváis un nacimiento lo más seguro y sano que esté en sus manos.
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